En verano es cuando más desatendemos el cuidado de los pies. Un error que puede causar la aparición de los problemas en los pies que pueden ir desde una infección por hongos, a ampollas, sudoración excesiva, hiperqueratosis, etc…

 

¿Cuáles son los principales problemas en los pies durante el verano?

Ampollas y rozaduras: se producen por la fricción del calzado y el recalentamiento del pie. El calzado puede ser abierto o cerrado, pero siempre debe ser ajustado, flexible y que facilite la transpiración del pie. En paseos largos, excursiones o caminatas, mejor utilizar calcetines de algodón que puedan absorber la humedad del sudor.

Sequedad de la piel: suele ocurrir al caminar descalzos, especialmente cuando el suelo está muy caliente. Ésta se produce fundamentalmente en las zonas de apoyo, como los talones y el borde lateral opuesto a la curva, La piel adquiere una apariencia blanquecina y las células muertas se acumulan formando durezas (hiperqueratosis).

Exceso de sudor: las elevadas temperaturas y el tipo de calzado que se utilice pueden incrementar la sudoración del pie, lo que puede originar la formación de grietas en los espacios interdigitales y favorecer el desarrollo de una infección fúngica.

Pie de atleta: es una infección por hongos que se puede adquirir en piscinas, playas, duchas y baños, públicos, habitaciones de hotel o al compartir toalla o calzado con una persona infectada.  La sudoración del pie y la humedad que conlleva produce la maceración del pie, que se convierte en un caldo de cultivo para el hongo. Esta infección se manifiesta con picor, olor y dolor, pudiendo causar el agrietamiento de la piel, especialmente en los espacios interdigitales y en el pliegue de la unión de los dedos a la planta del pie. También puede extender a las uñas y causar una onicomicosis.

Verrugas plantares: es también consecuencia de una infección producida por el papilomavirus, un virus fácil de adquirir en zonas húmedas como las señaladas para el pie de atleta.

Para evitarlo, deberíamos tener en cuenta una serie de pautas para que cuidemos nuestros pies como se merecen:

 

¿Cómo cuidar los pies en verano?

Los pies deberían lavarse todos los días con un jabón neutro y, posteriormente, aplicar una crema hidratante tras haberlos secado muy bien.

Las uñas deben cortarse con frecuencia y con un corte recto que evite que se puedan clavar. Esto es importante, sobre todo, en el pie geriátrico.

El calzado no debe ser nunca de plástico o sintético y, además, debe adecuarse a la actividad que se va a realizar.

Los calcetines, deben ser de algodón o hilo para favorecer la transpiración y evitar la humedad en los pies.

Y no nos olvidemos de aplicar protector solar en los pies, ya que es una parte sensible que también suele sufrir quemaduras.

 

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