Los signos del envejecimiento, fruto de los cambios hormonales, son especialmente visibles en la piel. Sobre todo, en la piel de nuestro rostro.
Desde que empiezan los primeros síntomas de la menopausia hasta que finaliza la posmenopausia, la reducción paulatina de estrógenos y colágeno tiene un impacto directo en la piel, provocando su envejecimiento progresivo.
¿Qué le ocurre a la piel en ese periodo?
- Piel deshidratada: La piel se aprecia seca y con aspecto más rugoso.
- Arrugas más profundas y numerosas: las fibras de elastina y colágeno se degradan y la piel pierde elasticidad, generando mayor flacidez y la aparición de arrugas.
- Mayor fragilidad: La piel pierde grosor y se lesiona más fácilmente. Además de tener más dificultad para cicatrizar.
- Tono desigual: La piel pierde luminosidad y frescura y el tono deja de ser uniforme con la aparición de manchas oscuras pigmentadas que se acentúan en las zonas expuestas al sol.
No podemos evitar el envejecimiento, pero sí minimizarlo y retrasar ese proceso.
Compartimos aquí, una serie de recomendaciones para que tu piel se mantenga joven durante más tiempo:
Hidrata por fuera: Es fundamental utilizar cremas en el rostro y el cuerpo que nos ayuden a restablecer la humedad perdida. Muchas marcas ya hacen fórmulas diseñadas para las características propias de la piel madura. Inclúyelo en tu rutina diaria.
Hidrata la piel también por dentro: Bebe dos litros de agua al día.
Utiliza protección solar a diario: Durante la menopausia, el sol es especialmente importante para nuestro cuerpo, porque nos ayuda a sintetizar la vitamina D y fijar el calcio en nuestros huesos. Pero igual que es recomendable disfrutar de unos 15 minutos de luz solar al día, evitando las horas de mayor exposición a los rayos ultravioletas (de 12 de la mañana a 4 de la tarde), debes utilizar siempre una protección solar adecuada a tu tipo de piel. Aunque esté nublado, las radiaciones solares dañan nuestra piel mucho más de lo que parece.
Evita las toxinas: Malos hábitos como el tabaco y el alcohol contribuyen a acelerar el envejecimiento de la piel. Evítalos.
Haz ejercicio: La actividad física mantiene nuestro cuerpo oxigenado, mejora nuestra circulación sanguínea y limpia los poros. Además, te ayudará a contrarrestar los efectos de la osteoporosis.
Come alimentos ricos en vitaminas A (antioxidante), C (sintetiza el colágeno) y E (combate los radicales libres). Estas vitaminas están presentes en frutas, frutos secos y verduras, entre otras fuentes.
No te vayas a la cama sin desmaquillarte: Durante las horas de sueño, nuestra piel aprovecha para regenerarse y oxigenarse. Por eso es importante que cumplas los tres pasos: Limpieza, tonificación y nutrición.
Acércate a vernos y te recomendaremos las mejores alternativas para darle a tu piel toda la hidratación y nutrición necesita durante la menopausia.