En ese punto de inflexión entre un año que se va y otro que viene, nos vienen a la cabeza: propósitos, oportunidades, nuevos hábitos, deseos.
Solemos tener esa sensación de que podemos empezar desde cero, que podemos hacer las cosas bien desde el principio.
Dejaremos aquí algunos consejos para afrontar estos propósitos para el nuevo año sin olvidar lo aprendido en el año anterior.
Ese es el primer punto. Antes de pensar en el año que entra, es importante dedicarle algo de tiempo a hacer un balance del año que se acaba de ir y un reconocimiento de lo que has avanzado. Para ello, puede ser de utilidad hacer una lista de tareas cumplidas antes de empezar con la lista de cosas que tenemos intención de hacer.
Sólo entonces podemos preguntarnos
¿Qué quiero hacer este año? ¿Qué quiero, decido y me propongo firmemente conseguir?
Aquí os dejamos algunas sugerencias para plantearte tus propósitos de año nuevo:
1: Enfoca y prioriza
Todos sabemos que el tiempo es limitado, y que no podemos tener más de 24 horas al día
Es importante que empieces este año con una o dos prioridades en mente para enfocar los esfuerzos en ese sentido.
Eso no significa que todo el tiempo y toda la energía la vayas a poner solamente en estos dos aspectos, pero a lo largo del año van a surgir muchas situaciones en las que vas a tener que elegir y vas a tener que sacrificar algo. Por ello, es bueno saber desde el principio a qué NO vas a renunciar bajo ningún concepto.
2: Planifica por trimestres
Nada como colocar nuestros objetivos en un calendario para darnos cuenta de que, en ocasiones, nos pasamos de optimistas y hay tareas que tenemos que eliminar o postergar.
Intenta tener este calendario anual bien visible, en el despacho, en casa, en el espejo del baño o en la nevera. Esto ayudará a organizarte y a tener claro en todo momento a dónde te diriges.
No es cuestión de ser inflexibles, sino de ayudarnos para que la rutina del día a día no nos aleje de nuestros objetivos
3: Céntrate en tus tiempos y olvida los tiempos y momentos de otros
Determinados convencionalismos determinan que debemos de conseguir determinadas metas en función de nuestra condición o edad, pero nuestras verdaderas metas deberían girar alrededor de lo que realmente queremos y no de lo que se espera de nosotros
¿Sólo podemos entrar en una nueva carrera si tenemos menos de 20 años? ¿No podemos emprender un nuevo negocio a los 50?
Cargamos con un montón de ideas preconcebidas en torno a los tiempos vitales. Y nada ensombrece más nuestros propósitos auténticos que las ideas preconcebidas.
¡Estamos a punto de arrancar un nuevo año, ahora es el momento de caminar hacia el futuro que deseamos!
Estaremos contigo en este camino. ¡Feliz Año!