La caída del cabello es un problema que a todos nos preocupa y y nos ocurre con periodicidad.
Los cabellos se renuevan y, para que lo hagan, deben caer y dejar su lugar a pelos nuevos. Hay determinadas épocas del año en las cuales la caída del pelo es algo normal. Al igual que los animales adaptan su pelaje al frío o al calor de las estaciones, también nosotros experimentamos una mayor pérdida de pelo con el cambio de estación, al inicio del otoño.
La caída de pelo estacional no tiene por qué preocuparnos. Pero, ¿y si pierdo gran cantidad de pelo en esa o en otra época y me doy cuenta de que mi pelo cae más de lo normal o ciertas zonas han empezado a clarearme? Hay muchos factores que influyen en ello. Lo primero es saber si sufres caída del pelo reaccional o progresiva.
Tipos de caída del pelo
La caída del pelo progresiva u hormonal, también llamada alopecia androgénica, provoca una pérdida de pelo localizada por zonas. Es hereditaria, tiene un origen hormonal y es más frecuente en hombres. No es periódica, sino que se hace de manera progresiva y persistente.
La caída de pelo estacional o reaccional aparece de repente. Entre sus causas tienen mucho peso los factores psicológicos y emocionales —el estrés, la ansiedad y la depresión—. También se produce cuando tenemos un desequilibrio en nuestra dieta. Es común en las mujeres después del parto, o a consecuencia del cansancio extremo y de ciertos tratamientos médicos. Afecta tanto a hombres como a mujeres por igual.
Para poner freno al problema, lo primero es someterse a un análisis capilar que determine qué tipo de alopecia estamos sufriendo: progresiva o estacional-reaccional. Una vez identificadas las causas se podrá aplicarse el tratamiento más adecuado. Hoy en día existen tratamientos avanzados, elaborados con aceites y extractos naturales, que favorecen el crecimiento del pelo y frenan su caída con mucha eficacia.