Examinar la piel regularmente puede ayudar a identificar cualquier lunar u otro crecimiento nuevo o anormal.

Aunque frecuentemente se le resta importancia, el cáncer de piel es tan peligroso como cualquier otro tipo de cáncer, pero al menos, su detección precoz es posible, porque el cáncer de piel se ve.

Desde luego, no debemos descuidar la prevención. La fotoprotección es vital para evitar daños en nuestra piel.

Debemos elegir un fotoprotector adecuado, utilizarlo a lo largo de todo el año, y repetir su aplicación en función de nuestro tiempo de exposición al sol.

Pero, aunque nos protejamos como es debido, es muy importante vigilar ciertos tipos de lunares que tienen mayor probabilidad de convertirse en melanomas.

La señal más importante para el melanoma es algún lunar nuevo en la piel o uno existente que haya cambiado en tamaño, forma o color. Otra señal importante es algún lunar que luzca distinto a los otros en su piel (conocido como el signo del patito feo).

Para localizar estas manchas o lunares, lo ideal es hacer una autoexploración.

La técnica es sencilla y normalmente dura unos 15 minutos.

Desvístase por completo y examine su piel atentamente, empezando por el cuero cabelludo, sin olvidar detrás de las orejas, con ayuda de otra persona y si el pelo es abundante, con la ayuda de un secador. Seguidamente exploraremos las zonas simples de ver: rostro, lados y zona anterior de cuello, pecho (en las mujeres debajo de los senos), vientre, brazos y manos, piernas y pies, sin excluir la planta de los pies, las axilas, ni la región inguinal. Con ayuda de espejos o de otra persona debemos explorar la nuca, hombros, espalda, glúteos, genitales…

Una vez localizados los lunares, utiliza esta sencilla técnica del ABCDE, para descartar los lunares normales de los sospechosos:

  1. Asimetría forma no circular, las dos mitades no se parecen.
  2. Bordes irregulares o con prolongaciones. Mal delimitados.
  3. Color. Cambios de coloración. ¿Tiene un color uniforme, o tiene varios colores?
  4. Cambios del diámetro de la lesión (aumento de tamaño) Tamaño en general superior a los 6mm
  5. Evolución: ¿Ha cambiado de aspecto rápidamente? (forma, tamaño, espesor, color)

Si detectas lunares con estas características o una lesión de la piel nueva o antigua, en forma de herida que aparece sin traumatismo previo, costra o verruga, que crece y no acaba de curar, cambia de forma, pica, sangra o se ulcera… acude al dermatólogo lo antes posible.