Durante el verano es habitual que las altas temperaturas y las olas de calor hagan muy difícil conciliar el sueño. El aire acondicionado y el ventilador se hacen imprescindibles en las noches estivales, pero ¿es recomendable dormir con estos aparatos?

Compartimos algunos consejos para dormir mejor en verano.

  1. Regula tus horarios. Si la jornada laboral cambia durante el verano, se deben adaptar nuestros hábitos diarios (comidas, sueño, actividad física) a esta nueva agenda. Si hay que madrugar más es importante acostarse antes y no abusar de la siesta (solo media hora), para no alterar los ciclos de sueño.
  2. Beber más agua y menos cafeína. En días de mucho calor debemos beber más líquidos, principalmente de agua. Es recomendable beber entre 2 y 3 litros a lo largo del día y moderar su consumo dos horas antes de ir a dormir. Las bebidas con cafeína y las bebidas alcohólicas alteran la fase de sueño profundo.
  3. Ventila la casa por la noche. Para refrescar el hogar es aconsejable mantener las ventanas cerradas y las persianas o estores bajados, así los rayos del sol no penetrarán en el interior. Por la noche, cuando los termómetros bajan, es el momento de abrir las ventanas y airear el calor acumulado durante el día.
  4. Evita el ejercicio en las horas centrales del día. Es más recomendable realizar cualquier actividad a primera hora de la mañana y evitar el deporte tres horas antes de ir a dormir, pues eleva la temperatura corporal y libera adrenalina, una sustancia estimulante.
  5. Cena ligero. Las cenas deben ser durante todo el año lo más ligeras posibles, evitando los alimentos picantes y las grasas pues hacen las digestiones más lentas y dificultan conciliar el sueño, además de que aumentan la temperatura corporal. Es más recomendable cenar alimentos ricos en agua, verduras y frutas y a ser posible, cenar dos o tres horas antes de acostarse.
  6. Antes de acostarnos, una ducha de agua tibia. El agua tibia mantendrá la sensación de frescor en el cuerpo durante más tiempo. Por el contrario, ducharse en agua muy fría genera una disminución del calor corporal tan rápida que el organismo reacciona generando más calor.

Y sobre los electrodomésticos en los que nos podemos apoyar:

Aire acondicionado/Climatizador. Existen muchos mitos sobre su uso, pues se suele relacionar con los resfriados y dolores de garganta, pero si se usa correctamente no debería crear ninguno de estos problemas. Se debe mantener a una temperatura ambiente de entre 20 y 25º y por la noche sobre 24º. Los cambios bruscos de temperatura son los responsables de los efectos en la salud.

Ventilador. El ventilador puede ser una opción menos agresiva que el aire acondicionado para aliviar el calor del verano, pues no genera aire frío, solo mueve el existente. Por esta razón, se debe colocar cerca de una corriente de aire (ventana, puerta).

Esperamos que estos consejos os sean de utilidad para  conciliar mejor el sueño a lo largo de las calurosas noches de verano que nos quedan.