El estrés postvacacional es una percepción muy real. Casi un 40% de los trabajadores asegura haberlo padecido.
¿Cuáles son los síntomas?
Cuadros de fatiga, apatía, dificultad para concentrarse, trastornos del sueño, nerviosismo y tristeza; nada, en realidad, que pueda considerarse con entidad clínica. Son los síntomas normales ante un cambio de rutina, un proceso transitorio que no suele alargarse más de tres o cuatro días.
Ante esta situación de malestar que se puede sufrir al finalizar el período vacacional, los especialistas recomiendan cuatro “trucos” para superar estas jornadas de estrés postvacacional:
Programar el regreso de manera anticipada y relajada
La organización es la clave contra el estrés, sobre todo, si las vacaciones han sido demasiado largas. Programar el regreso ayudará a mentalizarse y permitirá adaptarse antes al nuevo horario. Para conseguirlo, es preferible dejar, como mínimo, dos o tres días previos de adaptación a la rutina y no apurar la vuelta hasta la tarde-noche anterior.
Evitar la sobrecarga de tareas el primer día
El trabajo es la principal fuente de estrés. Por ello, lo recomendable es tomárselo con calma el primer día y respetar los propios límites. Convendrá comenzar con una pequeña recapitulación de lo que se tiene pendiente, priorizar lo urgente y, si es posible, empezar por las tareas más gratas.
Practicar deporte, dormir las horas suficientes y una buena alimentación
El 42% de los españoles utiliza el deporte como técnica para desconectar. Y no es para menos, ya que facilita la liberación de endorfinas, lo que provoca que el estado de ánimo mejore y que la inapetencia se reduzca. Descansar las horas suficientes y alimentarse adecuadamente también ayudará a reponer energía.
Familia, amigos y ocio para hacer más llevadera la vuelta
Retomar el contacto con los amigos, dedicar tiempo a los familiares y organizar actividades de ocio son algunas acciones de gran ayuda en el proceso de readaptación.
Los síntomas del estrés postvacacional son temporales. Sin embargo, si éstos se agravan con el tiempo, es recomendable acudir a un profesional médico que ayude a gestionar correctamente la tensión y ansiedad.