El frío es un riesgo para la salud.
Más allá de los casos más extremos como la hipotermia o la congelación, las bajas temperaturas también disminuyen las defensas y favorecen muchas enfermedades respiratorias (resfriados, gripe, bronquitis, neumonía, etc.).
Además, el frío agrava enfermedades crónicas, sobre todo cardíacas y respiratorias, ya que todo el organismo hace un gran esfuerzo para luchar contra las bajas temperaturas.
Compartimos, aquí, algunas recomendaciones para prevenir los efectos del frío sobre la salud cuando tenemos que salir de casa:
- Elige preferiblemente una prenda de abrigo que sea resistente al viento y la humedad; por debajo de ella, varias capas de ropa holgada.
- Hay que prestar especial atención a la protección de la cabeza, el cuello, los pies y las manos, por ser las zonas más sensibles y de mayor pérdida de calor.
- Protege también tu piel. Ven a vernos y te ayudaremos a encontrar los mejores productos para proteger la piel de tu rostro, manos y labios, que suelen estar más expuestos al frío.
- Procura permanecer seco, ya que la ropa mojada enfría el cuerpo rápidamente.
- Evita el agotamiento físico: el frío supone ya de por sí una sobrecarga para el corazón. En caso de tener que realizar un trabajo físico bajo el frío, debe hacerse con precaución, suavemente, procurando no agotarse, especialmente si se sufre alguna dolencia de tipo cardiorrespiratorio o hipertensión.
- Si empiezas a tiritar, eso es una señal inequívoca de que perdemos calor. En este caso evita permanecer a la intemperie y busca un lugar cálido.
- Respira por la nariz y no por la boca, ya que el aire se calienta al pasar por las fosas nasales y así disminuye el frío que llega a los pulmones.
- Al salir a la calle, si se han producido heladas, las personas mayores deben extremar la precaución para evitar caídas que pueden producir fractura de cadera o de otros huesos.
Si nos abrigamos y nos protegemos bien y escuchamos nuestro cuerpo, podemos disfrutar de esta temporada sin poner en riesgo nuestra salud.