Durante la temporada estival, podemos escuchar una y otra vez los mismos consejos en los medios: hidratarnos adecuadamente, evitar el sol en su punto álgido, proteger nuestra cabeza… Sin duda, estos consejos son esenciales para prevenir la insolación y la deshidratación. Sin embargo, ¿sabías que las altas temperaturas que caracterizan al verano también pueden tener un impacto en nuestra salud cardiovascular?
Si bien es cierto que solemos asociar las enfermedades cardiovasculares con el frío, el calor excesivo también puede ser un factor desencadenante. De hecho, las principales causas de mortalidad durante las olas de calor están relacionadas con afecciones cardíacas, cerebrovasculares y respiratorias.
¿Por qué ocurre esto? Las altas temperaturas pueden afectar la termorregulación del cuerpo, la cual se encarga de reducir la temperatura corporal a través del sudor y la vasodilatación de los vasos sanguíneos periféricos. Esta vasodilatación puede provocar deshidratación y disminución de la presión arterial con el tiempo, causando mareos y síncopes, especialmente en personas con enfermedades cardiovasculares preexistentes.
Para evitar riesgos innecesarios y cuidar nuestra salud durante las vacaciones, es importante seguir estos consejos para mantener una buena salud cardiovascular en verano:
1- Evitar cambios bruscos de temperatura:
No es recomendable sumergirse en aguas con temperaturas por debajo de los 25ºC, ya que los cambios extremos pueden desencadenar angina de pecho. Además, es aconsejable evitar salir a la calle en las horas más calurosas del día, generalmente entre las 11:00 y las 17:00.
2- Moderar la exposición solar:
La vitamina D es esencial para la salud cardiovascular, y la exposición solar controlada puede ayudar a metabolizarla. Diez minutos diarios de sol en las horas más frescas del día son suficientes para obtener la cantidad necesaria de vitamina D.
3- Practicar ejercicio moderado y en momentos frescos:
El ejercicio es beneficioso para el cuerpo durante todo el año, pero en verano es importante tomar precauciones. Las personas con desequilibrios cardiovasculares deben tener cuidado al ejercitarse al aire libre en días calurosos y húmedos.
4- Elegir la vestimenta adecuada:
Utilizar un gorro que cubra las orejas y calzar zapatos adecuados al caminar en zonas calurosas como el asfalto es importante para mantener la temperatura corporal.
5- Mantenerse hidratado:
La hidratación es fundamental en verano, ya que se pierden más líquidos a través del sudor. Se recomienda ingerir entre dos y dos litros y medio de agua embotellada al día. Además, moderar el consumo de alcohol es esencial.
6- Cuidar la alimentación:
Optar por alimentos cardiosaludables como cereales, fruta fresca, pescado azul y verduras puede mantener la salud cardiovascular. Reducir el consumo de grasas saturadas, alcohol, café, sal y eliminar el tabaco también es importante.
7- Respetar el descanso:
El reposo y la relajación son cruciales para el equilibrio del cuerpo. Tomar una siesta corta durante las horas centrales del día puede reducir la presión arterial y recuperar energía.
8- No olvidar la medicación:
Mantener los hábitos saludables durante todo el año es esencial, incluyendo la toma adecuada de medicamentos. Recordar incluir la medicación en el equipaje de viaje puede ser útil.
Cuidar nuestra salud cardiovascular durante el verano nos permitirá disfrutar de esta temporada sin poner en riesgo nuestro bienestar. ¡No olvides seguir estos consejos para un verano saludable!